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  EXCM0 SEÑOR: 

" 1.  Las reflexiones que presento a V. E. sobre los montes de Segura de la Sierra, y sobre las ventajas que resultarán al Estado de su repartimiento en suertes , ó de que se conviertan en propiedades particulares de corta extension, no contienen á la verdad ninguna doctrina nueva ni desconocida de nuestros economistas; pero confirman y comprueban de tal modo aquellas máximas generales y combinaciones teóricas, con hechos tan comprobados y positivos , que contribuyen á darles mayor solidez y certidumbre, deben por la misma razon inspirar una pierna confianza y absoluta seguridad en las deliberaciones de todos aquellos hombres que por sus dignidades y empleos pueden influir mas ó menos inmediatamente en la prosperidad del Estado y de las varias clases de individuos que lo componen. 
  2.  La atenta lectura que he hecho de la preciosa memoria que V.E. me ¡remite y se ha escrito por orden suya, con presencia de los documentos existentes en el archivo del ministerio, sobre la situación geográfica y utilidad de aquellos montes, y sobre su gobierno y administración en los dos últimos tercios del siglo anterior yen los primeros años del presente, han excitado en mi estas reflexiones, que aunque las indique ó propuse con oportunidad en varios dictámenes que di sobre expedientes de montes siendo ministro fiscal del supremo consejo de Marina en los años de 1807 y 1808, conceptúo que siempre podrán ser de alguna utilidad, mucho mas quando se trata de promover los progresos de la agricultura y el fomento de los mon-tes de un modo que respetando y extendiendo la propiedad , reúna y estreche el interes de los particulares con el interes general del Estado.

3.  Por falta de este sencillo principio o por no haber acertado á seguirlo como convenia, han sido infructuosos quantos medios se tomaron hasta aquí para el fomento de los montes de la provincia de Segura. Pasma á la verdad y causa cierta especie de lástima, el ver que tanta vigilancia y celo de parte del gobierno, tanta fatiga y afan de comisionados muy beneméritos, tantos reconocimientos y visitas facultativas, tan repetidos y estudiados informes, tan meditadas y menudas providencias y preceptos, tanta severidad con los infractores de las leyes y tan considerables dispendios, no solamente hayan frustrado el objeto á que se encaminaban, sino que tal vez hayan acelerado la decadencia y próxima ruina de los mismos montes y provocado los clamores para su remedio ......."

    Por Don Martín Fernández Navarrete, Ministro y Jiscal que fué del extinguido Consejo Supremo de Marina. Madrid: Imprenta de Ibarra, 1811. 

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